Existen varias especies conocidas de búhos que se han extinguido, esto significa que ya no existen y que nunca volverán a caminar sobre la Tierra. Todos ellos tienen una cosa en común, se han extinguido debido a que su ambiente natural cambió en una cantidad tan considerable que no fueron capaces de evolucionar y desarrollarse.
El búho risa fue un búho originario de Nueva Zelanda, se identificaron en 1840, pero se consideraron extintos en 1845. Lo más probable es que estos búhos estaban en camino a la extinción antes de ser encontrados por los humanos, se especula que un tipo de virus que fue capaz de propagarse rápidamente entre las especies, fue la causa de su desaparición final. Hoy en día se pueden ver búhos de risa de peluche en el Museo Británico.
El búho rojo de madagascar fue identificado en 1878 y se cree que se extinguió en 1993. El número de ellos se creía, incorrectamente, más alto de lo real, debido al hecho de que se parecían mucho a la lechuza. Una subespecie del Búho rojo de Madagascar esta también extinta, conocido como el Búho Cormoro Scoops, era un ave de tamaño grande y de la que tenemos varios restos fosilizados.
No tenemos mucho para investigar sobre el pequeño búho Rodríguez. Sin embargo, los fragmentos de huesos y restos de picos encontrados lo identifican como una especie separada de las demás lechuzas que conocemos. No se sabe muy bien que les pasó y, el nombre proviene del apellido de la persona que encontró sus restos.
La lechuza común de Mauricio fue descubierta por restos de huesos alrededor de la zona de Port Louis. Se cree que se extinguieron muy temprano, en torno a la década de 1700. Lo mismo puede decirse de la lechuza común de Newtons, lo que indica que podría haber sido debido a la destrucción de su hábitat o un virus que azoto esa zona.
Varias otras especies de búhos en la actualidad están en peligro de extinción. Esto significa que existe una buena posibilidad de que también se extingan si no estamos dispuestos a hacer los cambios necesarios para ellos ahora. Una cuidadosa planificación y seguimiento a través de los esfuerzos de conservación es la manera ideal de protegerlos. Necesitan tener su ambiente natural y necesitan ser protegidos de los cazadores furtivos.